Ayuda humanitaria al asentamiento de las comunidades indígenas emberas retornadas por el desplazamiento forzado y en amenaza de su bloqueo/confinamiento

El proyecto se desarrollará en el Resguardo indígena Alto Río Valle - Boroboro (comunidades de El Brazo, Boro-boro, Do Tuma, Pozamansa, Bakuru Purrú, El Llano) en el municipio de Bahía Solano, en el departamento de Chocó, Colombia.

En el Chocó el 77% de la población vive en la ruralidad haciendo frente a altos niveles de desempleo e informalidad debido a la falta de oportunidades para la generación de ingresos, el debilitamiento institucional, el aislamiento ante la ausencia de vías de acceso terrestre, y la pobreza (88% de la población). Bahía Solano cuenta con aproximadamente 12.000 habitantes, de los cuales cerca de 2.200 pertenecen al pueblo Embera (51,4% mujeres, 48,6% hombres). Desde 2019, se evidencia una reactivación del conflicto armado, tangible en las disputas territoriales entre diferentes grupos paramilitares (GANE, ELN) por el control de las zonas de cultivo, las rutas del narcotráfico y la minería ilegal. El territorio guarda como particularidad la falta de presencia institucional y la dificultad para comunicarse debido al aislamiento; condiciones que incrementan el grado de vulnerabilidad de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y especialmente, de mujeres, niñas y jóvenes; de hecho, según COALICO se viene presentando un aumento en los suicidios de jóvenes para evitar el reclutamiento forzado. En concreto, las comunidades del resguardo indígena Embera se desplazaron en 2020 tras el asesinato de un líder social, perdiendo así también sus medios de vida, de los cuales el 80% dedicaban al autoconsumo y el 20% era comercializado. Tras haber recibido ayuda de emergencia de parte de los entes gubernamentales, la comunidad retornó evidenciando una creciente tensión emocional, sobre todo las mujeres, y una mayor exposición a reiterados confinamientos a causa de los enfrentamientos que restringen su libre movilidad a lo largo del río, desplazarse a sus parcelar para trabajar, y permanecer de manera reiterada en estado de alerta al estar en medio del fuego cruzado. Para ello, el proyecto busca proporcionar asistencia y protección integral a las comunidades Emberas (215 familias) retornadas a su territorio asegurando las bases de su subsistencia y derechos, mediante:

1. Fortalecida la articulación de las comunidades Embera retornadas y organizadas a la ruta de atención incidiendo en la protección de sus derechos: asesoría jurídica, acompañamiento socioemocional, mecanismos de protección comunitaria, fortalecimiento guardia indígenas y liderazgo mujeres, encuentro intercomunitario.

2. Reforzadas las capacidades de las familias indígenas para garantizar su supervivencia y medios de vida impulsando las relaciones equitativas y el protagonismo de las mujeres en el entorno ambiental: diversificación de sistemas productivos familiares (parcelas productivas), minga, asistencia y transferencia técnica agropecuaria, visitas de seguimiento, talleres SAN.