Apoyo al programa de educación en emergencias de UNRWA para la población refugiada de Palestina en la escuela de Lydda/Media en Líbano

Debido a la situación generada por la ofensiva desde el 7 de octubre, UNRWA lanzó un llamamiento de emergencia con todas las necesidades detectadas . De ellas, solo para cubrir las necesidades alimentarias de toda la población, se necesitan más de 36 millones.
La asistencia alimentaria que presta UNRWA a la población afectada, consiste en la entrega de productos alimentarios básicos y agua potable para las personas desplazadas en hasta 100 escuelas de UNRWA utilizadas como refugios. Atendiendo a la duración de la emergencia y las necesidades de la población se espera continuar con el reparto de comidas calientes a las personas desplazadas, así como el reparto de cestas de alimentos básicos para cubrir las necesidades calóricas diarias. Las cestas pueden incluir alimentos harina de trigo, arroz, aceite de girasol, azúcar, leche entera, lentejas y garbanzos.
El reparto de alimentos de primera necesidad permitirá por un lado garantizar el derecho a la alimentación de la población afectada por la ofensiva en la Franja de Gaza, y por otro lado reducir la inseguridad alimentaria de las personas que se encuentran en situación de necesidad alimentaria tras la escalada de violencia en la Franja de Gaza.
La situación de inseguridad alimentaria durante esta ofensiva es de las más altas. A 29 de octubre, sólo una de las panaderías contratadas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otras ocho panaderías (una en Rafah, cuatro en Khan Younis y tres en la zona de Middle) estaban operativas y suministraban pan a los refugios. La escasez de combustible es el principal obstáculo que impide a estas panaderías satisfacer la demanda local. A menos que se les asigne combustible, la mayoría de las panaderías cerrarán en los próximos días1.
Durante el mismo periodo de nueve días, diez panaderías fueron atacadas y destruidas: seis en la ciudad de Gaza, dos en el norte de Jabalia y dos en la zona central (el campamento de Maghazi y Nusseirat). Como consecuencia, la población tiene dificultades para conseguir pan. Se informa de largas colas de entre 4 y 6 horas de espera frente a las panaderías, donde la gente está expuesta a los ataques aéreos2.
El Programa Mundial de Alimentos calcula que las reservas actuales de alimentos básicos en Gaza son suficientes para unos ocho días. Sin embargo, a nivel de tienda, se espera que las existencias disponibles duren cinco días. Los minoristas se enfrentan a importantes dificultades a la hora de reabastecerse de los mayoristas debido a la destrucción generalizada y a la falta de seguridad.
De los 117 camiones que han entrado en Gaza a través del paso fronterizo de Rafah desde el 21 de octubre, al menos 57 transportaban alimentos y tres artículos de nutrición, incluidos alimentos listos para el consumo como atún enlatado, carne enlatada y otros productos no perecederos. Todos los alimentos se están distribuyendo en los refugios de la UNRWA4.
La situación previa a la ofensiva en la Franja de Gaza ya era de necesidad alimentaria. OCHA calculó que, durante 2023, un 64,4% de los hogares se encontrará en situación de inseguridad alimentaria y alrededor de 1,2 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria moderada o severa, de acuerdo con el Clúster de Seguridad Alimentaria del territorio de Palestina ocupado (FSS), del que UNRWA forma
parte. Mas de 2/3 de los hogares no pueden garantizarse un suministro suficiente y regular de alimentos que les provea de las necesidades nutricionales mínimas diarias. Los precios de la harina de trigo aumentaron un 49 % entre julio de 2021 y julio de 2022 y un 33 % desde febrero (al comienzo de la crisis en Ucrania) hasta julio de 2022. Como resultado, la seguridad alimentaria se ha deteriorado.5
Antes de la ofensiva de octubre, la asistencia alimentaria ha venido suponiendo un elemento vital de seguridad social para las personas refugiadas de Palestina que viven en Gaza, además de contribuir a un mercado más amplio y a la seguridad alimentaria bajo el bloqueo económico y en medio de una pobreza generalizada, con el 80% de la población de Gaza por debajo del umbral nacional de pobreza. En Gaza, la población refugiada de Palestina, que representan alrededor de dos tercios de la población total, se enfrenta a una prolongada crisis socioeconómica y humanitaria como consecuencia directa de casi 15 años de bloqueo terrestre, aéreo y marítimo. Las tasas de desempleo se encontraban entre las más altas del mundo; en torno al 44% (PCBS, segundo trimestre de 2022). Las tasas de pobreza aumentaron del 38,8% en 2011 al 81,5% en 2021. Desde entonces, las condiciones han seguido deteriorándose.
Un 93% de los hogares entrevistados en el último monitoreo realizado por UNRWA ya había disminuido la frecuencia de las comidas, un 84% disminuido la calidad (comprando o comiendo ?sobras?) y un 77% ha adquirido deudas para comprar alimentos.6 Debido a este contexto especial, los alimentos en especie siguen siendo la intervención preferida en Gaza.
Esta intervención trata de responder a la fragilidad en la seguridad alimentaria y nutricional, unida a situaciones de estrés en tiempos de crisis como los actuales, y que sigue planteando graves riesgos para el bienestar social de la población en la Franja de Gaza, y que se ha convertido en la prioridad económica de la Llamada de Emergencia para el tPo de 2023.7y es el elemento principal en la llamada de emergencia después de la ofensiva de octubre.