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La zona de intervención, una de las más empobrecidas del país, a pesar de contar con enormes recursos hídricos, dispone de una limitadísima infraestructura para el almacenaje y la distribución del agua. Los vacíos institucionales para realizar una gestión integral del agua repercuten de manera significativa en la salud, la alimentación, la educación y la economía de las familias, en especial las que habitan en zonas más rurales.

Dentro del grupo de personas que sufren las peores consecuencias de la falta de acceso y control a un sistema de agua seguro y sostenible, las más afectadas son las mujeres. Estas se ven obligadas a invertir una parte importante de su tiempo en satisfacer la demanda de agua de sus hogares, además de ser las que están más tiempo en contacto estrecho con agua contaminada y por tanto quienes sufren más enfermedades, especialmente gastrointestinales. Esto supone no poder participar en la misma medida que sus compañeros varones de otras actividades emancipadoras como son el empleo, la participación política, la educación, los autocuidados o el ocio.

El proyecto se realizará en la comunidad San Fernando (663 habitantes, 50% mujeres, 97% indígenas), en el municipio de Huixtán. Este uno de los 18 municipios que conforman los altos de Chiapas, en el extremo sureste de México.