Krisi humanitarioa Nigerren

Níger se sitúa en el último lugar de la lista de países según el desarrollo humano según el PNUD. Aunque los datos macroeconómicos indican una leve mejoría en el país, lo cierto es que la situación de gran parte de su población ha empeorado en los últimos años. La economía nigerina es altamente volátil, una de las causas es la variación anual de la pluviometría dado que el 87% de la población se dedica a la agricultura (45,2% del PIB). Por tanto, en los años de sequía una gran parte de la población se queda sin ingresos y alimento. Otra de las causas es la fluctuación en la venta del uranio y la falta de inversión local y extranjera en la obtención de otras materias primas, fuentes de energía o industria. Además, la pandemia del Covid-19 ha agravado la situación al dificultar la distribución y comercio de materias primas. Se calcula que el 15% de la población necesitará asistencia humanitaria durante el 2022.

A esta débil economía se suma el gran aumento de la violencia ejercida por grupos armados no estatales en las zonas fronterizas con Mali y Burkina Faso y la cuenca del lago Chad. Todo esto provoca que hayan aumentado las migraciones internas (264.000 PDI), así como a países limítrofes (250.000 refugiados). Un gran número de personas se dirigen al departamento rural de Oullan, donde han nacido asentamientos de PDI y refugiado.

Es por ello que el objetivo del proyecto será contribuir a promover el derecho a vivir con dignidad de la población refugiada, desplazada, retornada y de acogida en la región de Tillabéri, Níger.

El proyecto se desarrollará en los asentamientos de personas desplazas internas (PDI) y refugiadas del departamento de Oullan, cerca de la ciudad de Oullan (91.231 habitantes, 51%), ubicada en la región de Tillabéri, en la zona conocida como “las 3 fronteras” (Níger, Mali y Burkina Fasso).