Errefuxiatu palestinarren giza eskubideen alde mobilizatuz

Los desafíos a los que se enfrenta la comunidad mundial frente a la situación de la población refugiada son tanto humanitarios como éticos. Para cumplir con la obligación de respetar los DDHH y garantizar una vida digna y segura a todas las personas, a través de soluciones a corto y largo plazo, se requieren intervenciones en materia de política, protección y, también, de sensibilización.

En los últimos años se han agravado las narrativas negativas sobre la diversidad cultural, la inmigración, la llegada de personas refugiadas o sobre diferentes grupos étnicos, religiosos y minoritarios. Este incremento ha ido en paralelo al aumento de las incertidumbres relacionadas con cuestiones de carácter socioeconómico, cultural e identitario, así como de la capacidad de las instituciones de canalizar esas inquietudes en proyectos y políticas que respondan de manera eficaz a los retos del presente.

Estas complejidades tienen un componente global, pero tienen consecuencias diversas en función del contexto de cada país y región. Las personas refugiadas de Palestina ya eran una población vulnerable antes de la pandemia de la COVID-19, pero esta ha agravado la situación existente, sumiendo a muchas personas en la pobreza extrema. Cabe destacar que la mayoría de estas personas vive en campamentos superpoblados y áreas con servicios básicos insuficientes, donde se encuentran constantemente amenazadas por la inestabilidad política, los conflictos prolongados y los bloqueos para acceder a los mínimos necesarios.

El proyecto tiene como objetivo fortalecer la conciencia crítica y las capacidades de la comunidad educativa de 4 centros y la sociedad gipuzkoana para movilizarse por los DDHH, ODS 5 (Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas) y ODS 13 (Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos) desde la problemática ambiental y las desigualdades y estereotipos de género de las mujeres refugiadas de Palestina.

El proyecto se desarrolla en los municipios de Donosti, Villabona y Zarautz.